Semana 25/3 - 6° grado - Ciencias Sociales
CIENCIAS
SOCIALES
Secuencia
de actividades:
1. Flora y Fauna de las Islas
Malvinas.
- Buscá y escribí el significado
de estas palabras que aparecen en los textos que leímos en clase :
archipiélago, pinnípedos, ictícola, cánidos, págalo a grande o skúa,
turbera y estepa.
- Ahora volvé a leer esos los
textos que trabajamos en clase, teniendo en cuenta esos significados.
Seguramente los habrás entendido mejor.
- Elegí un animal y un tipo de
vegetación representativos de la Isla. Luego buscá y escribí sus
características.
2. Observa estas imágenes:
- ¿Qué tipo de personas muestran
algunas de estas imágenes? Y en las que no hay personas ¿Qué es lo que se
ve?
- Si tuvieras que agrupar estas
imágenes: ¿Cómo lo harías? Escribí brevemente un comentario para cada
grupo.
3. Leé esta carta y responde:
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Fragmento
de la carta del maestro Julio Cao para sus alumnos de 3ro D
“No hemos tenido tiempo
para despedirnos y eso me ha tenido preocupado muchas noches aquí en
Malvinas, donde me encuentro cumpliendo mi labor de soldado: Defender la
Bandera. Espero que ustedes no se preocupen mucho por mi porque muy pronto
vamos a estar juntos nuevamente y vamos a cerrar los ojos y nos vamos a subir
a nuestro inmenso Cóndor y le vamos a decir que nos lleve a todos al país de
los cuentos que como ustedes saben queda muy cerca de las Malvinas. Y ahora
como el maestro conoce muy bien las islas no nos vamos a perder. Chicos,
quiero que sepan que a las noches cuando me acuesto cierro los ojos y veo
cada una de sus caritas riendo y jugando; cuando me duermo sueño que estoy
con ustedes. Quiero que se pongan muy contentos porque su maestro es un soldado
que los quiere y los extraña.
Ahora sólo le pido a Dios
volver pronto con ustedes. Muchos cariños de su maestro que nunca se olvida
de ustedes.”
Afectuosamente.
Julio
Extractado del afiche Malvinas
25 años, editado por el Ministerio de Educación de la Nación en 2007
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- ¿De qué se trata la
carta?
- ¿Quién la escribe? ¿Por
qué motivo?
- ¿A quiénes está dirigida
la carta?
- ¿Cuáles son los
sentimientos que expresa Julio en la misma?
4. Leé estos testimonios y
responde:
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GUILLERMO HUIRCAPÁN
SOLDADO CLASE 62, CHUBUTENSE,
CASADO Y CON DOS HIJOS
“Primero estábamos en un
campo cercado por alambres de púa bajo la lluvia. Después nos mandaron a un
frigorífico en San Carlos. Me acuerdo que era bastante chico y era
hermético.Con doscientos, trescientos hombres se llenó y empezó a faltar el
aire. Llegó un momento en que estábamos medio ahogados hasta que los ingleses
abrieron la puerta. Incluso ahí había tipos que no querían entender que ya
éramos todos iguales, que no había privilegios. Una vuelta hubo hasta
trompadas porque un cabo lo quiso apurar a un soldado y se juntaron cuatro
cinco soldados y lo querían matar. Los ingleses los tuvieron que separar. Los
ingleses no entendían nada. Nos revisaron, nos preguntaron las edades, no
podían creer que todos tuviésemos dieciocho, diecinueve años, porque los únicos
soldados jóvenes de ellos estaban en la retaguardia como apoyo logístico. Los
que combatían eran todos profesionales, gente grande.
No entendían que nosotros
no cobrásemos un sueldo. Al principio, en el campo, nos trataban mal, nos
apuntaban con las armas en las costillas, nos empujaban, nos daban patadas.
Éramos prisioneros de guerra y si bien habían caído muchos de los nuestros,
habían caído muchos ingleses también y no se podía esperar un trato demasiado
amable, sobre todo de la gente del frente.
Después, en el frigorífico,
el trato cambió. Había un capitán inglés que hablaba castellano y nos decía
que íbamos a estar bien, que nos quedáramos tranquilos. Para nosotros era
todo muy confuso. Todavía no podíamos creer lo que estábamos viviendo, no podíamos
entender que el teniente estuviese muerto, que nuestros compañeros hubiesen
caído. Cada uno estaba encerrado en sí mismo, no queríamos ni conversar entre
nosotros.
Pensar Malvinas Ministerio de Educación de la Nación Argentina, 2009.
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Primer testimonio:
- ¿Cuál era la edad de los
soldados argentinos? ¿En qué se diferenciaban con los soldados ingleses?
- En el campo, los ingleses ¿Cómo trataban
a los soldados argentinos?
- ¿Qué pasó dentro del
frigorífico? ¿Por qué crees que el trato cambio?
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GUILLERMO, JOVEN DE CLASE MEDIA, CUMPLIÓ CON EL SERVICIO
MILITAR EN EL REGIMIENTO DE INFANTERÍA 7, LA PLATA. EL 14 DE ABRIL DE 1982
FUE TRASLADADO A RÍO GALLEGOS Y DE AHÍ A LAS MALVINAS
- Tal vez habíamos cobrado demasiada conciencia de
eso, ya. Y todos sentíamos que si nuestro destino era morir, moriríamos ahí,
y si nuestro destino era salvarnos, nos salvaríamos. Sí, yo tenía fe en que
mi destino era volver. Yo sabía que iba a volver. La mayoría de los chicos
tenían esa fe. Y esa convicción ayudó un poco para que el ánimo, al menos en
nuestro caso, no bajara mucho. Nosotros, un poco en broma, cuando
escuchábamos en la radio decir que teníamos el ánimo muy alto, decíamos: «sí,
es cierto, está alto porque estamos arriba de un cerro». Pero en los casos en
que la moral bajaba no era por miedo a los ingleses sino por la falta de
comida. Cuando nos llegaban las raciones frías eran bolsitas que ya habían
sido abiertas, con alguna lata suelta y un par de caramelos. La caja con la
ración de combate yo no la conocía. Mi papá, acá, la conoció antes que yo.
Cuando por mis cartas él se enteró que no comíamos bien, fue al regimiento a
averiguar qué pasaba, y el jefe interino le contestó que comíamos bien.
«Mire,–le dijo– les dan cajas como ésta dos veces por día, además de la
comida caliente». Mi papá miró una caja y, claro, tenía todo lo que decían
los diarios: dos latas de carne, calentador de alcohol, chocolate,
cigarrillos, una medida de whisky. ¿Pero sabés cómo las tuve que conocer yo a
esas cajas? Me las dio un inglés, cuando ya estaba prisionero en Puerto
Argentino. Ese tipo de cosas bajaban la moral. Por ejemplo, a nosotros no nos
dejaban hacer fuego porque decían que delatábamos las posiciones, pero
resulta que toda la zona estaba super fotografiada, los Harriers pasaban
todos los días, a mucha altura, haciendo piruetas. Y en las noches claras se
veían pasar satélites a cada rato, no meteoritos, satélites… Eso, sumado a
las fotos que tomarían los Harriers… Además de observarnos, los aviones casi
siempre nos largaban un «confite». Algunas de las bombas que lanzaban eran
muy poderosas, de 500 kilos; otras eran fragmentarias, te explotaban cien
metros arriba de la cabeza y hacían un barrido de esquirlas, (cada esquirla
es un pedazo de fierro caliente lanzado a toda velocidad) de 150 metros de
largo por 60 de ancho. Cuando los pilotos ingleses erraban el blanco y las
bombas caían sobre el mar, cosa que ocurría con mucha frecuencia, veíamos su
acción terrorífica. Explotaban cien metros arriba del mar, y por el
repiqueteo del agua se podía observar la acción de barrido de las esquirlas.
Te puedo asegurar que ver eso era aterrador; asustaba pensar que podían
llegar a caer arriba nuestro y que se nos iban a venir encima todos esos
pedazos de fierro.
- Sí, es cierto lo que dijo el teniente Esteban. Yo
tenía una radio y eso lo empecé a notar cuando se acercaba el comienzo del
campeonato mundial de fútbol. Todas las noticias comenzaron a ocuparse de ese
tema, y cada vez se hablaba menos de Las Malvinas. Eso bajaba la moral.
Uno, ya que está en la guerra, quiere por lo menos
ser un poco importante. Ya que estoy acá, bueno, que se acuerden de mí,
pensaba. Sé que mucha gente se movilizó, pensaba en nosotros, nos ayudó. Sé,
también, que otra gente vivió la guerra como si fuera un partido de fútbol.
- Sí, ¿sabés que sí? Esa es la sensación que tengo.
Me acuerdo con más claridad de los últimos días en Palermo, antes de salir,
que de los días posteriores. Me acuerdo que en Palermo nos hablaron mucho de
los ingleses, de la actitud de ellos, como invasores de algo que es nuestro.
Y te digo que casi llegamos a tenerles odio. Sentíamos que, si íbamos a
Malvinas, íbamos a defender algo que era nuestro. En ese sentido me sentía
orgulloso, y todavía hoy me siento orgulloso de haber estado allá. Claro que
me hubiera gustado que se hicieran mejor las cosas.
La imagen que más tengo grabada es la del pueblo,
esas casitas inglesas de madera y chapa, cada una con su parquecito. Parecía
un pueblito como los de las películas. - Sí, y la guerra es exactamente igual
que en las películas. Yo, antes de ir, no quería imaginarme demasiado cómo
era la guerra, pero suponía que debería ser bastante parecida a las
películas. Y es así. Fue muy triste ver todo eso, y ver que al fin y al cabo
no podíamos hacer nada porque ellos eran mucho más poderosos, eso es lo que
más bronca da. Tal vez yo, en este momento, no podría estar contándote estas
cosas a vos, porque no habría sobrevivido, pero habría sido bueno tener mejor
armamento, para poder hacerles más frente. Ya que estábamos allá daba bronca
no poder pelear de igual a igual y, aunque sea, haber perdido con más honor.
No soporto la idea de que hayamos perdido así, que nos hayan pasado por
arriba.
Al principio, apenas llegamos, nos mandaron a todos
los de mi compañía a un teatro, en el centro del pueblo. La sección a la que
yo pertenecía tuvo como misión dar seguridad, protección, al resto de la
compañía. Pero a los pocos días nos mandaron a un pequeño grupo, entre los
que yo estaba, a las afueras de la ciudad.
Tuvimos que abandonar el teatro, que la verdad era
un lugar bastante piola, porque se podía dormir bajo techo, bastante
calentitos. Nuestro nuevo destino era una zona cercana al cuartel de los Royal
Marines, a menos de cien metros del mar. Nuestra misión era repeler posibles
ataques de grupos comandos ingleses. Tuvimos que cavar nuestras posiciones,
los pozos de zorro, en esa zona, y resultaba bastante difícil. Por la
cercanía del mar, el suelo era muy húmedo, y los pozos se llenaban de agua
muy rápido. Pero el ánimo, por entonces, era muy bueno. Empezamos a trabajar
por grupos. A mí me tocó compartir mi trinchera con otros tres pibes, uno de
ellos mi amigo Walter. Y pusimos todo
nuestro empeño en hacerla lo mejor posible; todos los días la arreglábamos un
poco; le hicimos un muy buen techo, un excelente parapeto, todo perfecto. Y
tratamos de hacerla impermeable al máximo. Conseguimos una madera larguísima,
muy pesada, para usar como techo, y arriba le colocamos pasto cortado en
panes, así que la llovizna ésa, tan molesta, que siempre había en las
Malvinas, dentro de la trinchera no nos molestaba para nada. La vida,
entonces, era bastante tranquila. Lo más difícil era pasar las noches, que
eran larguísimas. Y después del primero de mayo ya empezamos a dormir de a
ratitos, cuando los ingleses paraban de bombardear un poco. Me acuerdo del
primero de mayo; fue la primera vez que sentí el peligro realmente cerca. Era
de noche, y de repente comenzamos a oír un cañoneo que provenía del mar, del
costado al que nosotros dábamos frente. Primero fue un ruido seco, y después
el silbido característico de las bombas. Pasó todo rapidísimo; cuando me
quise acordar vi cómo una bomba explotaba justito delante de nuestra
posición, a muy pocos metros. La onda expansiva nos sacudió dentro de la
trinchera. Yo estaba cerca de una de las paredes y quedé ahí, pegado; otro de
los chicos, que estaba en la otra punta del pozo, sentado arriba de un
tronquito, voló por el aire, y cayó arriba mío. Las sacudidas eran tremendas,
era como un terremoto, como si todo se fuera a abrir a pedazos.Parecía que
los oídos iban a explotar. A nosotros nos habían explicado que, en caso de
bombardeo, teníamos que abrir bien grande la boca, y tratar de gritar, porque
si no corríamos el riesgo de quedarnos sordos. Ese era el primer bombardeo, y
todos queríamos hacer, en un segundo, todo lo que nos habían enseñado.
Algunos gritaban porque nos habían enseñado eso; otros gritaban por el miedo.
Yo, de pronto, sentí un dolor de oídos muy fuerte, parecía como si un líquido
me bajara desde las orejas; me toqué pero no tenía nada, era sólo la
sensación. Las bombas seguían pegando y dejaban en la tierra agujeros
bastantes grandes, de más de un metro y medio de diámetro.
Sabíamos que si una bomba pegaba de lleno en una
posición no había nada que hacerle, no se salvaba nadie. Al ratito otra bomba
pegó muy cerca de nosotros detrás de la trinchera, y volvió a sacudirnos con
todo. Después la cosa mejoró porque dejaron de castigar nuestra zona y
empezaron a buscar las posiciones del regimiento 7, un poco más allá. No sé
si lo que sentimos durante todo el tiempo que duró el bombardeo fue miedo. No
sé si miedo es la palabra exacta; lo que sentíamos era mucha tensión, los
músculos como agarrotados, como si no fuera el cuerpo de uno. Después, sí,
nos abrazamos con Walter; sabíamos que habíamos vuelto a nacer. Creo que fue
a partir de ese momento que sentí más fuerte que nunca la convicción de que
yo no me iba a morir (…).
- Es fundamental para seguir, no te digo viviendo
pero, al menos, subsistiendo. Ahí la cosa era subsistir, tirar para adelante.
Yo te dije que, con el correr de los días, terminé por tener nervios de
acero. Y lo comprobé una noche.
Una vez que oscurecía, si no estabas de guardia, no
tenías que asomar la cabeza fuera de la trinchera. Las noches a veces eran
muy oscuras, neblinosas, y no veías a dos pasos de distancia. Bueno, esa
noche, a uno de los chicos que estaban en mi trinchera, le agarró un ataque
muy fuerte, empezó a tener convulsiones horribles. Y yo no lo dudé ni un
instante. Me puse al pibe en los hombros, lo cubrí con una manta y salí,
debajo de la lluvia, corriendo, para llevarlo hasta la enfermería. Ahora
pienso que, en ese momento, al ver un bulto en el medio de la noche, la tropa
propia me podría haber disparado. Pero en ese momento lo importante era
atender al chico. Lo llevé y lo revisaron un capitán y un mayor, médicos los
dos. Pensábamos que podía ser un ataque de apendicitis, pero resultó ser nada
más que un enfriamiento. Esa noche me di cuenta de que yo no tenía miedo, que
estaba tranquilo y seguro de mí mismo.
Pensar Malvinas Ministerio de Educación de la Nación Argentina, 2009.
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Segundo testimonio:
- ¿Cuáles eran las cosas
que según el soldado bajaban la moral ?
- ¿Qué eran los Harriers?
¿Qué hacían?
- ¿Cuáles eran los
sentimientos del soldado?
- ¿Qué diferencia había en
los lugares: El teatro y la zona cercana al cuartel?
- ¿Cuál era la misión que
tenían los soldados en ese nuevo destino? ¿Qué tuvieron que hacer para
sobrevivir?
- ¿Qué es una trinchera y
un parapeto?
- ¿Qué pasó el primero de
mayo? ¿Qué indicaciones les dieron a los soldados por el bombardeo?
- ¿Cómo era la noche? ¿Qué
pasó después?
6. Observa
estas imágenes.
- ¿Por qué pensas que los
medios decían “estamos ganando”? Realmente fue así.
- ¿Cuál es la actitud que
tomaron otros países?
- Cuándo terminaron las
batallas en Malvinas ¿Qué pasó? ¿Por qué?
- A partir de este
acontecimiento ¿Cómo se sentía la gente?
- ¿Qué se decía de las
tropas inglesas?
- ¿Quiénes decidieron que
era un buen momento para recuperar las islas? ¿Por qué?
7. Leé este fragmento de ley.
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Ley 25.370
Declárase al día 2 de abril
"Día del Veterano y de los Caídos en la guerra en Malvinas".
Sancionada: Noviembre 22 de 2000.
Promulgada de Hecho:
Diciembre 15 de 2000. El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina
reunidos en Congreso, etc. sancionan con fuerza de Ley.
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- ¿Qué número de ley
es?
- ¿Qué declara la ley?
¿Cuándo?
- ¿Cuándo fue sancionada?
- ¿Por quienes? ¿Qué
función cumplen?
- ¿En qué lugar?
- ¿Qué se entiende por las
palabras Caídos y Veteranos?
24 DE MARZO- DÍA DE LA MEMORIA POR LA VERDAD Y LA JUSTICIA
Cada 24 de marzo se conmemora en nuestro país el Día
Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia para recordar a las víctimas
de la última dictadura militar, proceso que se inició el 24 de marzo de 1976 a
través de un golpe de Estado que depuso al gobierno constitucional de María
Estela Martínez de Perón.
Para investigar:
- ¿ Qué significado tiene
la “foto carnet durante la dictadura” ?
- ¿Para qué sirvió en
1976? ¿Para qué sirve ahora en el 2020?
- ¿Dónde las encontramos?
- Como ya sabrás el D.N.I
tiene una foto de cada persona pero … ¿Qué es el D.N.I? ¿Qué función
cumple? ¿Qué datos podemos encontrar en él?
Completá este cuadro:
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Pegá aquí tu foto carnet
|
Nombre y
Apellido
……………………………………………………...
N° de
D.N.I :
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